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jueves, 4 de abril de 2013

Critica hacia la temporada 3 de The Walking Dead (SPOILERS)


Promesas, emoción y por último decepción. La tercera temporada de The Walking Dead finaliza dejando el listón por los suelos. Esperaba mucho más de este final de temporada, y cuando acabé de ver Welcome to the Tombs tuve que cerciorarme varias veces de que ese capítulo era realmente el último de la temporada. Y es que tres días después de haber sufrido ese mini paro cardíaco que me supuso semejante final de temporada, necesitaba dejar constancia de mi opinión. Sin pretender ser demasiado despiadado: no puedes crear una serie buena, prometedora, que te obliga a engancharte a ella como si fuera una droga, y después convertirla en un bodrio.

La tercera temporada vino pisando fuerte. Tenía un formato más maduro, los mismos personajes habían madurado y se enfrontaban a problemas más serios. Muy al principio, como si tuvieran prisa, eliminaron a Lori, un personaje muy gastado que parecía clamar a gritos su desaparición del elenco. Nadie protestó por su muerte, la cual no emocionó realmente. Estaba demasiado claro que había durado demasiado.

Y las cosas fueron mejorando – más promesas, más expectación hacia algo que nunca llegó a suceder. Woodbury prometía, y mucho, al igual que la figura del Gobernador. Podría haber habido un indicio de un trasfondo interesante en su persona, pero no, qué va. Y es que los personajes que se han incorporado esta tercera temporada han estado totalmente faltos de carisma, mal aprovechados y poco motivadores. En especial Michonne, Tyresse y el Gobernador, que son la sombra de lo que podrían haber sido. Es decir, lo único que hace Michonne desde que se une al grupo de Rick es aparecer para lucirse un par de veces por capítulo repartiendo cuchillazos con su katana. Y Tyresse ha tenido el protagonismo de una piedra. Es como si quisieran darle especial importancia a este personaje pero solamente sale a chupar cámara sin hacer nada interesante.

Y no es que los personajes antiguos hayan estado mejor.  Pasando por la locura que no aporta nada de Rick hasta las inexplicables faltas de sensatez de Andrea, nos encontramos con un buen montón de momentos vacíos en los capítulos. Me duele decir que uno de los personajes que me ha sorprendido ha sido Merle, a quien habían otorgado un rol que llama la atención, rol que termina drásticamente cuando en un solo episodio, peor aún, 15 minutos de episodio, tiene una especie de epifanía en la que decide convertirse en un kamikaze y morir absurdamente tratando de llevarse por delante al Gobernador a quien, obviamente, no hace ni un solo rasguño. Lo cual en realidad es de agradecer, porque así su hermano Daryl estará más calladito y no tendremos por qué oírle llamar MerlE a todas horas, con ese cambio de voz que le han hecho en la versión española. En serio, quizás es una tontería, pero me ha matado ese cambio de voz que lo ha convertido de un palurdo que se ganó nuestros corazones a un guaperas de los Backstreet Boys.

Otros personajes que no la han cagado: Carol, por su madurez y su superación personal, y Hershel, voz de la razón – es como si oyera las súplicas de los espectadores ante las tonterías que cometen Rick, Andrea, etc. Es que de verdad, ¿los guionistas no se dan cuenta de las bobadas que le hacen hacer a Andrea? ¡No me puedo creer que alguien sea tan pánfila como ella! Pasa de ser una chica dura y desconfiada a una cándida que se queda tan ancha cuando ve que su “novio” (o lo que quiera que sean esos dos) tiene a su hija zombi atada en una jaula y cabezas de gente guardadas en formol.
Sus múltiples paseos de Woodbury a la cárcel para traer paz y amor al más puro estilo hippie aburren.


He intentado pasar por alto los 6 o 7 capítulos de relleno total que nos han colado desde la segunda parte de la temporada, pero no puedo. Eran aburridos, insulsos, no traían nada importante, ni a nivel revelador para los personajes, ni para que se unieran entre ellos, ni siquiera servían para rellenar un oso de peluche. Porque el romanticismo de Glenn y Maggie no enamora, a ver cuándo se dan cuenta.

Los efectos especiales, maquillaje, etc. están vistosillos, pero siempre lo estuvieron, así que no puedo darle un aprobado solo por eso. Podrían haber creado algo más tensión, habernos hecho sufrir de verdad con alguna escena de terror, pero tampoco. Y eso es una de las cosas que más me fastidian también. Entiendo que la serie no puede ser 100% zombis, de hecho, me encantan las reacciones humanas, la supervivencia y todo eso, pero podrían haber rebajado un poco el nivel de tiros sin sentido y aumentado el de tensión.

Pero lo que más me molesta, por encima de la falta de tensión que deberían transmitirnos los personajes por eso de vivir en un mundo zombi, son las muertes sin sentido. Son muertes que no emocionan, que no están bien aprovechadas. Sobretodo viniendo de personajes que se suponen son coprotagonistas.

En fin, no quiero extenderme más. El resumen de esta tercera temporada ha sido eso: Promesas, emoción y por último decepción. Desbordante decepción, llevada a cabo por un villano que no ha estado a la altura, muertes absurdas que daban ganas de llorar, pero de llorar de vergüenza ajena, un líder protagonista que nos ha desesperado hasta la extenuación, con apariciones espirituales inclusive, y un largo etcétera. Recemos a Alá, a Buda y a Superman para que la siguiente temporada alce un poco el vuelo, porque de lo contrario, creo que Michonne no será la única que reparta katanazos por ahí.

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